Los trucos de los políticos para dulcificar la realidad
“¡Es la economía, estúpido!” Mucho ha cambiado el mundo desde que James Carville, asesor de Bill Clinton en la campaña que le llevó a la Casa Blanca en 1992, pronunció esta frase. Y, sin embargo, no ha perdido un ápice de actualidad. ¿Qué habría sido de Gordon Brown, Nicolas Sarkozy, Jose Socrates, José Luis Rodríguez Zapatero o cualquier otro de la veintena de presidentes europeos destronados por la crisis? ¿Alguno de ellos seguiría en el cargo si la economía no hubiera impuesto su ley?
Si hay algo evidente es que, en tiempos de crisis, el voto de castigo perjudica a quien esté en el Gobierno. En 1992 a Carville le salió bien la apuesta. Un combativo Clinton prometió luchar por mejorar la economía y acabó venciendo a un George Bush padre excesivamente preocupado por la política exterior.
Así que antes de las elecciones europeas del próximo 25 de mayo podríamos decir algo así parecido a “sigue siendo la economía, estúpido”. Y es que los líderes europeos en el Gobierno apuran para presentar sus mejores datos en las semanas de campaña para evitar el temido voto de castigo. Más aún en España, con la vista puesta en lo que queda, que no es otra cosa que un año y medio más de campaña electoral. El próximo año tocan municipales, autonómicas en 13 comunidades y generales, y eso si el referéndum de Cataluña no se lleva a cabo o algunos gobiernos regionales, como el de Susana Díaz en Andalucía, no deciden también llevar a sus ciudadanos a las urnas.
Bien es cierto que los milagros en economía no existen y que el peso del sector público en el PIB es insuficiente para dar un vuelco a la situación. Pero no lo es menos que la administración tiene una gran capacidad de influir en algunas cifras con las que tratar de animar la estadística de cara a la campaña electoral. En los siguientes párrafos analizamos cuatro de ellos:
¿Aparcando el ajuste antes de la campaña?
Así parece que ocurrirá con el dato de PIB del primer trimestre. Los adelantos que han publicado el Banco de España y el INE indican que el crecimiento estará en torno al 0,4% trimestral, el mejor desde el primer trimestre de 2008, y el 0,6% interanual, la primera subida en tres años. ¿Hasta qué punto puede influir la administración en este dato?
El Banco de España sólo aporta su estimación sobre dos de los tres grandes componentes de la llamada demanda nacional y “olvida” la aportación de las administraciones públicas. No obstante, en su informe sí reconoce que se habría producido un “moderado repunte del consumo y de la inversión públicos tras el pronunciado descenso en los meses finales de 2013”.
Hagamos un intento de poner esto en números. El Banco de España prevé un avance de la demanda interna del 0,3% en el primer trimestre. El consumo privado experimentará este mismo incremento (0,3%), pero la inversión continuará menguando (-0,1%). De estos datos se infiere que el consumo público, omitido por el Banco de España en su “cuadro macroeconómico”, habría crecido, como poco un 0,3% en el inicio del año, la segunda mejor cifra en más de dos años.
Pero, como dice el libro bíblico del Eclesiastés, “nada hay nuevo bajo el sol”. Y es que animar el PIB a base de gasto público no es nuevo. No hay más que ver el gráfico de gasto de las AAPP y las subidas que registró tanto en el primer como en el tercer trimestre del ejercicio, es decir, justo antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo y las generales de noviembre.
Curiosamente, el ejercicio 2011 fue el último en el que la economía española creció y no se verá otro año de crecimiento hasta éste, justamente el siguiente año electoral (comicios autonómicos al margen).
No hay más recortes de empleo público
Uno de los datos más relevantes de la última EPA ha sido el aumento de 11.000 en los ocupados del sector público. Con ello, se ponen fin a diez trimestres de pérdida de empleo en la administración. Justamente, la última vez que aumentó la plantilla pública fue en el tercer trimestre de 2011, cuyos datos se publicaron pocas semanas antes del 20 de noviembre, cuando tuvieron lugar las últimas generales.
Previamente, a pesar de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero pactó un ajuste histórico en mayo de 2010, en los nueve primeros meses de 2011, la ocupación en el sector público creció en 56.000 personas. Desde entonces, y hasta la subida del pasado trimestre, se han eliminado casi 400.000 empleos públicos.
Mientras el empleo público crecía en 11.000 personas, el sector privado perdía 195.000 puestos de trabajo.
El AVE vuelve a estar de moda
No sólo el ajuste parece haberse tomado un respiro en el inicio del año, también parece que la inversión pública, prácticamente desaparecida desde que comenzaron los recortes, empieza a repuntar. Así lo indican los datos del Seopan, que hablan de un crecimiento del 33% de la licitación pública en el comienzo del ejercicio 2014. ¿Casualidad?
Seguramente, no. En las últimas semanas, Fomento ha revitalizado casi todas sus promesas ferroviarias. Contratos millonarios de los AVEs a León, Galicia, Asturias y Burgos se han desbloqueado y las inauguraciones vuelven a ocupar fechas en el calendario.
Las inversiones de Fomento, según los datos de Hacienda, suman este año 345 millones de euros, un 29,7 por ciento más que en el inicio de 2013. Pero también el resto de administraciones parece haberse puesto manos a la obra retomando proyectos que parecían congelados.
Lo cierto es que cada vez que empieza una campaña electoral, la “fiebre inauguradora” se desborda y con tres convocatorias previstas en 17 meses, lo normal es que las obras sean protagonistas en los próximos meses. Todo ello está teniendo un efecto inmediato en el empleo. Entre febrero y marzo, el sector de la construcción ganó más de 20.000 afiliados, retomando una tendencia ascendente desconocida desde 2009.
Tampoco nada que no haya pasado antes. En 2011, aunque hubo un recorte notable respecto a 2010 (cuando estuvo en vigor el Plan E), el ritmo de licitación ha sido mucho más alto que en los años siguientes. Los dos primeros meses de 2014, y el último de 2013, alcanzan niveles parecidos a los de 2011.
Parados que caen en el olvido
Así, las obras están ayudando a mejorar los datos de empleo, pero no sólo el único factor que juega a favor del empleo. Desde siempre, se sabe que hay cierto colectivo de parados que no aparecen en las estadísticas del INEM. Son los llamados DENOS, que agrupan a miles de personas en alguna de estas situaciones:
– Los demandantes que solicitan un empleo para un período inferior a tres meses.
– Las personas que buscan un trabajo con una jornada inferior a veinte horas semanales.
– Las que cursan estudios de enseñanza oficial reglada –siempre que sean menores de 25 años o que, superando esta edad, sean demandantes de primer empleo.
– Las personas que asisten a cursos de formación profesional ocupacional, cuando sus horas lectivas superen veinte a la semana, tengan un beca y sean demandantes de primer empleo.
– Los beneficiarios de prestaciones por desempleo que realizan un trabajo a tiempo parcial.
– Los demandantes que perciben el subsidio agrario.
– Las personas que rechazan acciones de inserción laboral adecuadas a sus características.
– Los ciudadanos sin disponibilidad inmediata para incorporarse a un puesto de trabajo o que solicitan un empleo en el extranjero.
– Los demandantes de servicios previos al empleo –es decir, de quienes necesitan realizar un curso para trabajar en otro sector.
– Los trabajadores en situación de suspensión o reducción de jornada como consecuencia de un Expediente de Regulación de Empleo.
Pues bien, cuanto más se acercan las elecciones, más suben los DENOS, es decir, más personas desaparecen de las listas del INEM. Desde que comenzó el año 26.783 personas han desaparecido de las estadísticas de paro registrado, así que, sin tener en cuenta este efecto, el número de parados ha aumentado en 7.000 personas, en lugar de haber bajado en casi 20.000.
Tampoco es sorprendente: Ocurrió también antes de las elecciones de mayo y noviembre de 2011, cuando había aún más DENOS contabilizados que ahora. Parece que maquillar los datos de empleo antes de ir a las urnas es una de las especialidades de los gobernantes.
Estas tres estadísticas prueban que la mejoría de la economía que suele producirse justo antes de unas elecciones no son tan casuales como parece, ni siquiera el despegue que se está produciendo en este comienzo de 2014.
Números cambiantes
Por si la realidad dibujada no es suficientemente buena, además, en las últimas semanas se han cambiado las fórmulas para calcular distintas estadísticas relevantes. El resultado ha sido en todos los casos el mismo: datos mejores que los anteriormente publicados.
La tasa de morosidad, que con el nuevo mecanismo de cálculo, lleva dos meses bajando, parece que va a conseguir no rebasar la temida cifra del 12%. El cambio de la EPA también ha impedido volver a tocar la cifra de 6 millones de desempleados. Dos cifras que a ningún ministro de Economía le gusta presentar.
Y eso a la espera de la gran revisión del año, que llegará en otoño. Para entonces, el INE habrá cambiado los criterios para calcular el PIB, adaptándolos a los europeos. Aunque la modificación no variará la tasa de crecimiento, sí producirá un efecto importante: dado que el “nuevo PIB” incluye nuevas categorías hasta ahora excluidas, será mayor, por lo que reducirá automáticamente las magnitudes que se calculan en porcentaje del PIB, como el déficit o la deuda. Con ello, el Gobierno conseguiría cumplir el déficit de 2013 y es una de las bazas con las que juega Montoro a la hora de revisar el objetivo de déficit al 5,5% del PIB para este año.
Como se aprecia en todos estos números, presentarse antes los ciudadanos con unas cifras lo menos negativas posible es algo que interesa siempre. No es la primera vez que sucede, ni seguramente será la última, pero los responsables políticos saben de la importancia de edulcorar la realidad antes de que los ciudadanos acudan a las urnas. Era, es y siempre será la economía.
Redacción: Inés Calderón – @ines_calderon
Gráficos: Javier Ruiz – @RinconDinversor
1 thought on “Cómo endulzar la economía antes de unas elecciones”