El BCE se apresuro a indicar nuevos instrumentos
Después de las elecciones italianas, todo apuntaba a una semana de importantes descensos en el mercado, una oportunidad única para los bajistas de tomar el control de la situación y actuar a sus anchas. Sin embargo, no ha sido así y toda la clave la tiene el BCE, que se adelantó a la jugada una vez conocido el resultado electoral, para reafirmarse en el mensaje del pasado verano de Mario Draghi: “Se hará todo lo que sea necesario para salvar el Euro y créanme será suficiente”.
Los inversores han entendido el mensaje y tienen presente la evolución de la prima de riesgo desde el pasado Agosto, fecha desde la que ha venido retrocediendo de forma gradual y sin que se hayan puesto en marcha dichos mecanismos. Por el momento, se respeta a Mario Draghi, por el poder con que cuenta el BCE, que sin ser ilimitado, bien es cierto que cuenta con margen para actuar, visto lo realizado por otros bancos centrales.
De todas formas, este mensaje deja en claro, que el BCE actuará con independencia de lo que quiera el país de turno y supone un cambio en su discurso, así en un principio se anunció la puesta en marcha de un Programa de Compra de Deuda (OMT), para países con problemas, pero sujeto a condicionalidad, por una parte el país debía solicitar el rescate y además debía someterse a diversos ajustes y reformas que se evaluarían con el tiempo. Ahora, después de la respuesta dada por el pueblo italiano en las urnas, el BCE va más allá, indicando la posible puesta en marcha de nuevos instrumentos sin condicionalidad.
Este nuevo escenario, ha permitido que la prima de riesgo entre España e Italia se estreche y lo que es más importante, gracias a las palabras del BCE, el temido contagio no ha llegado a producirse. El mercado castiga a Italia, por la inestabilidad que implica no tener gobierno y descuenta en el caso más extremo la repetición de las elecciones.
Mientras el mercado se centra en Italia, otros países como Francia quedan en un segundo plano y Alemania permanece al margen de toda la situación. Los primeros, cuentan con datos macroeconómicos decepcionantes y lo peor, sin visos de recuperación, además de haber anunciado que incumplirán con el objetivo del déficit en 2013, los segundos tienen en el horizonte elecciones a la vuelta del próximo verano.
España cuenta ahora con más puntos a su favor que en contra y podría dar un buen salto adelante, si las expectativas de crecimiento no se tuercen, lo que evitaría tener que realizar nuevas reformas en el conjunto del Estado. Pese a ello, sigue habiendo muchas piedras por el camino y cualquier obstáculo supone un contratiempo que hay que evitar.