Las medidas adoptadas premian a los endeudados
El mercado lleva un tiempo esperando a Draghi, que definitivamente ha pasado a la acción. Lo ha hecho según lo esperado y ha dejado claro que no serán éstas las únicas medidas que pondrá en marcha. Por una parte hay que indicar que la inacción del BCE ha pasado factura durante mucho tiempo, ya que los mercados venían esperando algo más que mensajes de la institución.
Sin embargo, hemos tenido que esperar hasta Junio del presente ejercicio para que finalmente Draghi se ponga en marcha y además no lo ha hecho de cualquier manera, sino con una amplia bateria de medidas con las que se espera que el crédito fluya a las PYMES y familias, rebajando los tipos de interés y colocando la facilidad marginal de depósito en terreno negativo (un escenario nunca visto).
Una vez que el mercado ha digerido el mensaje de Draghi, nos encontramos con un Euro que después de caer por debajo de 1,36 unidades, vuelve a recuperar posiciones y ya se mueve por encima del cambio que marcaba antes del Discurso de Draghi, en este aspecto no cabe otra que decir que el efecto Draghi se ha diluido rápido, o dicho de otra forma, los mercados ya venían esperando a Draghi desde la reunión de Mayo, por lo que habían descontado buena parte del efecto de sus medidas sobre la moneda única.
Las medidas de Draghi no aportan nada nuevo. Volvemos a tropezar en la misma piedra, aplicando medidas que ya se usaron en la anterior ronda de estímulos económicos. Se premia a los que han cometido excesos y se vuelve a castigar a los ahorradores.
Como hemos dicho, las medidas propuestas tienen como principal intención que el crédito fluiya a PYMES y familias y para eso regresamos a las medidas que ya tomo la institución hace unos años, aunque ahora ligeramente retocadas. Dos nuevas LTRO (rondas de financiación a la banca), se presentan para Septiembre y Diciembre, por un importe total de 400.000 millones de euros, aunque en este caso condicionadas a que ese dinero llegue a la economía real.
Cabe decir, que esto es más una utopía que otra cosa, ya que en definitiva la banca no va a prestar dinero a las PYMES y familias, si tenemos en cuenta la alta tasa de morosidad existente y el alto riesgo que esto supone. Así pues, lo que va a suceder es que el dinero termine cayendo siempre en las mismas manos, es decir, en aquellas que han provocado toda la crisis de deuda que actualmente padecemos.
Por tanto, nos encontramos en una situación en la que Draghi va a premiar a los que han cometido los excesos, dándoles más cantidades ingentes de dinero para que sigan cometiendo sus despilfarros y al mismo tiempo se va a castigar a los ahorradores, gracias a la tasa negativa a los depósitos.
En realidad, ésta última medida tenía cierto sentido hace un año y medio, cuando los bancos aparcaban el dinero que les sobraba en el BCE, en forma de depósito por el que percibian un pequeño interés. La medida entonces tenía su lógica, puesto que tendría como efecto que ese dinero saliese del BCE y los bancos lo destinaran a prestarlo a PYMES, familias y en definitiva a que llegase a la economía real. El gráfico que se adjunta demuestra como la cantidad de dinero en depósito en el BCE ha caído drásticamente en el último año, puesto que la institución rebajo la tasa de depósito al 0% en 2012, por lo que ahora no parece que la medida pueda inyectar más dinero a la economía y solo perjudica a los ahorradores.
Ahora, sin embargo, apenas existe dinero depositado en el BCE, por lo que colocar la facilidad marginal de depósito en negativo es un brindis al sol, una medida que ya solo va a castigar a los pequeños ahorradores, aquellos que no cometieron los despilfarros y que van a terminar pagando los platos rotos de estos últimos.
Entramos en un terreno nunca antes visto. La institución decide colocar la facilidad marginal de depósito en negativo, algo que no parece vaya a tener un efecto positivo, ni en la generación de crecimiento, ni en el empleo, ni en la concesión de nuevos préstamos.
Además, por si la cosa no estaba clara, el BCE quiere conseguir cumplir con el objetivo de generar inflación y así poder decir que las medidas adoptadas han cumplido con su propósito, aunque dentro de unos años la situación siga exactamente igual de mal que ahora. Para ello, el BCE debe haber visto las orejas al lobo de una forma muy preocupante y es que va a dejar de esterilizar las compras de deuda, es decir, hasta la fecha el dinero que salia del BCE mediante la compra de deuda, era sacado del sistema simultaneamente por la institución.
En definitiva, nos encontramos con un claro castigo a los ahorradores, que van a pagar los platos rotos por los que ha comentido excesos, quienes a su vez van a ser los premiados con esta ronda de medidas, pues los bancos dificilmente van a prestar a las PYMES, por el elevado riesgo que esto les supone.
El BCE muy preocupado por la desinflación. Dejara de esterilizar la compra de bonos, lo que en la práctica supone inyectar todavía más dinero a la economía. Más madera, que es la guerra! parafraseando a los Hermanos Marx.
Estamos ante más de lo mismo, repetimos los errores aunque algunos dirán que ahora es distinto. Solo un punto positivo a las medidas de Draghi, la prima de riesgo española cae a su nivel más bajo del año y se sitúa por debajo de 130 puntos básicos, por lo que España ya se financia a niveles nunca antes visto (2,64% el bono a 10 años).
La conclusión es que Draghi sólo trata de ilusionar a los mercados, darles algo de lo que piden con el fin de conseguir que la economía se reactive, que la situación mejore pero en ningún momento se premia a los ahorradores. El camino escogido no es el correcto y la burbuja sigue creciendo. Así que habrá que esperar y rezar, o bien, dar la patada a seguir…