Un primer semestre de récord para el Ibex a la espera de los resultados empresariales
Semana decisiva para el Ibex. Después de que el índice español haya visto recortado su recorrido alcista por la situación del Banco Espirito Santo y el ataque del avión malayo al este de Ucrania, las expectativas de los inversores se centran en la presentación de los resultados trimestrales de las compañías para ajustar sus valoraciones.
Si antes de estos dos acontecimientos el selectivo español proseguía su escalada alcista, apoyado por el anuncio de las medidas del Banco Central Europeo para que se intensifique el flujo de crédito a las pequeñas y medianas empresas, ahora los inversores han aprovechado la circunstancia para iniciar un cierto repliegue, que se podría ver intensificado durante agosto, mes en el que tradicionalmente se reduce los volúmenes de contratación en la bolsa.
Y es que durante el primer semestre del año, el Ibex ha vuelto a batir sus mejores datos. Con una subida del 10% entre enero y junio, se convierte en el mejor período semestral desde 2003. Además, acumula cuatro trimestres consecutivos con movimientos al alza y durante los últimos siete meses ha cerrado en positivo. Todo esto en un contexto en el que la liquidez sigue inundando los mercados europeos, sustentados por las políticas monetarias expansivas del BCE.
Esto explica, según diversos analistas que, pese a la brecha entre valor y precio que presentan la mayoría de empresas del Ibex 35 en estos momentos, no se haya iniciado todavía una corrección importante. De ahí que la presentación de los resultados sirva de baremo para acentuar esta tendencia correctora o para mantener la confianza en la consolidación de la recuperación de los beneficios de las compañías.
A lo largo de los primeros seis meses del año se han producido cuatro correcciones importantes, aprovechando diversos acontecimientos, como la crisis de Argentina a principios de año (que ahora vuelve a estar de moda por la tensión con los fondos internacionales acreedores) o la anexión de Crimea por parte de Rusia. Correcciones que han impedido que el Ibex termine alcanzando los 12.000 puntos como algunos expertos preveían.
Ahora, con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina y la incertidumbre por los test de estrés de los bancos europeos (cabe recordar que el sector financiero tiene un peso del 40% en el índice español), los inversores pueden volverse más inquietos de lo que se han mostrado hasta ahora.
La subida del Ibex, que se ha visto beneficiada por el crecimiento del resto de bolsas mundiales, sigue estando sustentada principalmente por las expectativas de valoraciones que por datos fundamentales reales. De ahí que los datos trimestrales de las compañías se conviertan en un punto de inflexión. Si los números sobre beneficios son convincentes, los inversores se mostrarán más confiados sobre la evolución del empleo y el consumo.
No obstante, no se puede olvidar que este desfase entre precio y valoración de las compañías que componen el selectivo español ha restado potencial de subida a numerosos valores del Ibex, más allá de que los inversores sigan encontrando excusas para entrar en renta variable ante la falta de perspectivas en otros activos con menor rendimiento. En definitiva, las próximas semanas servirán para dilucidar si los inversores pueden seguir actuando sin tanta cautela, aunque la bolsa sigue apareciendo como una de las mejores opciones de inversión.
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